Entrevistamos a Javier Domínguez Arribas, profesor de la universidad de París-13, con ocasión de su reciente trabajo El enemigo judeo-masónico en la propaganda franquista (1936-1945) (editado en Marcial Pons) y sobre el concepto de enemigo en la historia. En la Sección Memorias en democracia mantuvimos una conversación con miembros de la Asociación H.I.J.O.S Madrid (Hijas e Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio).
En el transcurso de la entrevista comentamos acerca de la versión objetivista de enemigo que propuso Carl Schmitt en su archicitado texto de 1932 El concepto de lo político:
El enemigo político no necesita ser moralmente malo, ni estéticamente feo; no hace falta que se erija en competidor económico, e incluso puede tener sus ventajas hacer negocios con él. Simplemente es el otro, el extraño, y para determinar su esencia basta con que sea existencialmente distinto y extraño en un sentido particularmente intensivo
Frente a esta versión del enemigo real, se opone el enemigo imaginario, y la pregunta que tratamos de responder no fue ya ¿qué es?, sino ¿para qué sirve un enemigo? O, en otros términos ¿qué es un enemigo imaginario, cómo y porqué se construye?
Otra de las cuestiones que debatimos con Javier fue la historia del enemigo judío, entendida como una especie de constante universal y que, de hecho se hace más a menudo de lo que sería recomendable. Sostuvimos, en cambio, que pueden identificarse varios enemigos judíos a lo largo de la historia, concebidos de modo diferente, con diversos grados de realidad, y nos preguntamos ¿hasta qué punto ayuda el concepto de enemigo imaginario a desmontar algunas certezas respecto al enemigo judío?
La música elegida fue una canción sefardí titulada «La serena«, interpretada por la cantante checa Jana Lewitová; y el tema «¿Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS?«, de Polanski y el Ardor, que habla de otro de los grandes enemigos reales imaginarios de la contemporaneidad occidental.
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