Aprovechamos la reciente aparición de un artículo en el Magazine de El Mundo con una serie de recomendaciones de novelas históricas por parte de algunos consolidados y no consolidados historiadores para hacer un programa dedicado a reflexionar sobre un género difícil de acotar y definir.
En especial, nos preocupaba reflexionar sobre la tutela confiada y grandilocuente que los historiadores suelen creer ejercer sobre la novela histórica. El historiador suele creer, y cuanto más académico y más consolidado con mayor firmeza, que su relación con la novela histórica consiste en evaluar y sancionar su veracidad. Se ve a sí mismo como un árbitro que juzga si novela y hechos están cortados por el mismo patrón; un encargado de denunciar la falta de precisión y de verdad.
Un ejemplo de esta actitud es el comentario de Antonio Elorza (que recomienda Baza de Espadas, de Valle-Inclán) en el citado artículo del Magazine:
» Todas esas Juanas las Locas y demás cosas no las leo. Son un recurso de una sociedad que se preocupa poco por la Historia»
Comentario al que el gran público podría contestar, seguramente, algo así como que todas esas cosas de historiadores no las lee, porque son un recurso de una academia que se preocupa poco por la sociedad.
Pedir a un historiador que identifique la mejor novela histórica «de todos los tiempos» es, en nuestra opinión, una contradicción en los términos. El propio concepto de «novela histórica» no refiere a algo que haya existido siempre, sino que es una invención (sus orígenes, en occidente, no nos llevan más atrás del siglo XVIII y el género sufre cambios importantes en los siglos XIX y XX, tal vez también, como comentamos en el programa, en el XXI). No todas las sociedades se han relacionado con su pasado a través del género novelístico, ni lo han hecho de igual modo. Además, la novela histórica puede sin duda satisfacer demandas sociales e identitarias que no son cubiertas por la historiografía académica, así como es capaz de infiltrarse en el régimen de verdad de la historia una vez que las grandes certezas parecen haber salido de escena.
Y después de andar metidos en estos líos pasamos a comentar las siguientes recomendaciones de lectura, para lo que contamos con la colaboración y la voz de Solène de Pablos, leyendo pequeños fragmentos de nuestras recomendaciones para estas navidades:
1. Sin destino y Fiasco, de Imre Kertész
2. Arrancad las semillas, fusilad a los niños, de Kenzaburo Oe
3. Q, del colectivo Luther Blisset (por Gregorio Alonso García)
4. El gatopardo, de Giovanni Tommaso de Lampedusa (por Fernando Escribano Martín)
5. El hombre de la rosa, de Umberto Eco (por Roberto Morales Estévez)
Para escuchar el programa pincha aquí