Todo lo que implica intercambio, puesta en común y confrontación remite a la política como una actividad necesaria para empastar sociedades, mantenerlas vivias. Afrontamos la reflexión sobre el pasado como una actividad política más. Creemos que cuando tratamos sobre el pasado, desde la academia, desde la creación artística o desde el activismo ciudadano, hacemos política. Y creemos que eso precisamente garantiza el pluralismo y asegura la diversidad como condición para la convivencia. Pensamos entonces que convivir no implica consensuar versiones sobre el pasado, sino promover y facilitar que éstas emerjan y entren en diálogo.
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Ona Bros: Cacerolada en la noche del 28 al 29 de septiembre, Barcelona (2011) CC BY-NC-SA 2.0